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Diez aprendizajes de innovación y emprendedurismo

05/11/2019
Las arquitectas Andy Robert y Mercedes Carriquiry narraron las diferentes historias, anécdotas, obstáculos y desafíos que enfrentaron al hacerse un lugar en el mercado laboral internacional.

Andy Robert y Mercedes Carriquiry narraron las diferentes historias, anécdotas, obstáculos y desafíos que enfrentaron al hacerse un lugar en el mercado laboral internacional. 

Además de amigas y arquitectas, ambas son socias y fundadoras de Slantis: una firma dedicada a ayudar a estudios de arquitectura en Estados Unidos a desarrollar sus proyectos ejecutivos, reducir los costos y agilizar la producción a través de la tecnología.

Arquitectura, innovación y adrenalina: Octubre 2019

En la actualidad, Slantis está conformada por 15 arquitectos y estudiantes uruguayos, que trabajan para Estados Unidos, principalmente para la costa oeste. La empresa tiene alrededor de siete proyectos en curso, en relación a escuelas, edificios industriales y de vivienda. 

Robert y Carriquiry  fueron entrevistadas por la Arq. Gabriela Pallares, en el evento “Arquitectura, innovación y adrenalina”. Se trató de una actividad organizada por la Facultad de Arquitectura de la Universidad ORT Uruguay, que se realizó el jueves 24 de octubre de 2019, en el auditorio del Campus Pocitos.  

1. Primer paso: definir el ADN de la firma

Con un café de por medio, en 2015, Andy Robert y Mercedes Carriquiry se reunieron con la idea de emprender juntas. Habían muchos aspectos por definir: el nombre, la página web y la paleta de colores de firma, por ejemplo. 

Sin embargo, estaban seguras de que iban a apuntar al mercado estadounidense.  Y, como detalló Carriquiry, había una idea que estaba clara: querían redefinir la arquitectura y, más que nada, la “forma en que se hacían las cosas”.

2. La difícil tarea de conseguir clientes 

“Es muy difícil conseguir clientes en Estados Unidos”, señaló Robert, quien es graduada de la carrera de Arquitectura de la Universidad ORT Uruguay. 

La razón, para ella, está en que se necesita de experticia, entender su sistema métrico y constructivo, así como hablar el idioma técnico: “Es real el esfuerzo al principio. Cada peso que entra es inversión y cada cosa que se aprende es para y por la empresa”.

El primer cliente internacional que consiguieron fue gracias a conocidos. Pero para llegar a su segundo cliente, llamaron a cerca de 500 personas para ofrecer sus servicios. 

“La gente le compra a las personas en quienes confía”, añadió la arquitecta.

3. La importancia de las relaciones interpersonales

El papel de las relaciones interpersonales para conseguir clientes fue uno de los aspectos en los cuales Robert enfatizó: “Tenés una misma alienación en pensamiento o cosas que te interesan y terminás conectando con alguien. Hoy capaz que no, pero en dos o tres años quizás es tu cliente”.

A veces no solo se trata de estar en el momento correcto, sino también en buscar la oportunidad y cultivar las relaciones que llevan a estar en ese tipo de situaciones. Esa fue una de las ideas que demostraron Robert y Carriquiry, a lo largo del evento.  

Específicamente, ellas no solo lo materializan a través de la ida a eventos de interés con actores claves, sino también en la generación de almuerzos con su equipo y en el desarrollo de las mentorías y de las relaciones públicas.

4. Aprovechar la tecnología

“¿Quién no escuchó a un arquitecto quejarse de estar trabajando cinco días de corrido, hasta las tres de la mañana? Eso es, en parte, porque no se usa la tecnología tan bien como se podría utilizar”, aseguró Carriquiry.

Robert, por su parte, precisó que suele haber resistencia –a nivel mundial y en la arquitectura– en adoptar nuevas herramientas: “La tecnología está tendiendo a que nuestra profesión esté mucho más de la mano de los programadores e ingenieros de sistemas, que de lo que éramos originalmente, que estábamos más afín a bellas artes”.

La cuestión, para ella, está poder “utilizar la tecnología como se debería”.

5. Aprender rápido

Una característica que define a las socias de Slantis, a juicio de Robert, es que aprenden rápido, un elemento fundamental que se requiere en el mundo contemporáneo.

“En la vida, las personas a las que le gusta constantemente aprender son las que después llegan a otras fronteras”, sostuvo y agregó que es clave tener habilidades como esa, que no se “enseñan en ningún lado, sino que surgen de la curiosidad o del interés personal”. 

Por ejemplo, contó que el diseño de las entrevistas de trabajo –que aplican en los interesados en unirse a su empresa– lo hicieron ellas, en base a lo que leyeron en internet y en libros de recursos humanos. “La información está ahí, aplicarla está en vos”, completó Carriquiry.  

6. Compartir el conocimiento

Desde sus inicios, una idea que tenían en Slantis era intentar que todos pudieran aprender “al ritmo de todos”, para que la curva de aprendizaje sea más rápida. Por esa razón, en una plataforma común e interna, suelen compartir todos los hacks que les acortaron camino a ellas. 

Pero esa misma filosofía que tienen adentro de la empresa, la intentan transmitir hacia afuera. En su red social de LinkedIn, los viernes suelen publicar alguna demostración tecnológica o algún tip que les fue de utilidad. 

“Cuanto más se comparte, más se aprende”, sentenció Robert. 

7. Un equipo de rockstars

“Parte de querer ser disruptivas, romper barreras, hacer las cosas de manera diferente, reivindicar la profesión de los arquitectos e ir un poco más allá de lo que pensamos, requiere de un equipo maravilloso de rockstars, de gente que esté ‘despegada’”, afirmó Carriquiry.

En ese sentido, Robert complementó: “El desafío está en armar el equipo de la manera más sólida posible, para después poder crecer de forma exponencial”.

8. El cambio como deber y obligación

Pensar que, como algo siempre se hizo de una forma, debe seguirse haciendo así. Ese es el mayor peligro, según Robert, y una idea que, junto a Carriquiry, intentan transmitirle a su equipo: “Si están viendo algo que no se está haciendo de la mejor forma o entienden que se puede hacer mejor, tienen el deber y la obligación de plantearlo”. 

9. Hacer, hacer y hacer aunque falle

“Te vas a equivocar una y otra vez, pero tenés que tener la cabeza y persistencia de decir: ‘bueno, estoy aprendiendo’”, recalcó Robert. La graduada, durante el evento, subrayó que es importante no ser duro con uno mismo y tener presente que, aunque se falle, “siempre hay algo por aprender”. 

10. Ir siempre hacia delante

Muchas veces, por no tener una idea clara o por no estar completamente seguro de algo, Carriquiry destacó que hay quienes terminan sin hacer nada.  Para ella, es fundamental tener en claro qué se quiere lograr e ir para delante. 

“Pero –como dicen– si no vas para delante, vas para atrás. No existe quedarse en el medio. Si no haces algo, no te estás quedando, te vas para atrás porque el mundo sigue avanzando”, concluyó. 

“Hay que confiar de que estás haciendo las cosas de la manera correcta y darle para adelante”, finalizó Robert. 

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