"Concibo al diseño como un solucionador de problemas"

27 oct. 2016
"Concibo al diseño como un solucionador de problemas"

Diego Borges, estudiante avanzado de la Licenciatura en Diseño de Interiores, obtuvo en 2015 junto a otros estudiantes el primer puesto del concurso Latino Australia Eduaction y la Universidad ORT Uruguay para el diseño de una oficina. "Fue un proyecto pequeño pero muy completo. Había que transformar un monoambiente completamente vacío en una oficina", cuenta, y aclara que "ganar fue muy bueno, pero la posibilidad de participar de la ejecución del proyecto como directores de obra fue definitivamente lo más gratificante".

 

¿Cómo es tu experiencia cursando Diseño de Interiores en ORT?
Muy buena. La universidad brinda los espacios y las herramientas para que a uno le vaya más que bien.

Los docentes son personas muy expertas en su materia y con gran calidad humana.

Lo mejor de todo es formar parte de un grupo de amigos y pasar largas jornadas de trabajo juntos. Son momentos que recuerdo con mucho cariño.

Un proyecto realizado por vos y otros estudiantes resultó ganador del concurso LAE el año pasado. Contanos las características del proyecto.

Fue un proyecto pequeño pero muy completo. Había que transformar un monoambiente completamente vacío en una oficina.

Formalmente consiste en una “cinta” que recorre el ambiente y tiene diferentes funciones a lo largo de todo su desarrollo.

La propuesta incluía equipamiento diseñado, de catálogo, el diseño de la iluminación, la instalación eléctrica y la imagen corporativa. Estoy muy contento con lo que se logró.

¿Qué sentiste al ver tu trabajo y creatividad recompensada con el primer lugar en ese concurso?

Siendo honesto, yo le tenía bastante fe a nuestro proyecto. Habíamos trabajado mucho para desarrollar un diseño que satisficiera las necesidades del cliente, las limitaciones de presupuesto y de tiempos.

Ganar fue muy bueno, pero la posibilidad de participar de la ejecución del proyecto como directores de obra fue definitivamente lo más gratificante.

Tener la posibilidad de aplicar los conocimientos adquiridos en clase, no solo los de diseño pero de presupuestación y dirección de obra, sin ni siquiera habernos graduado, no es algo que le pase a muchos.

Estoy muy agradecido que la facultad nos brinde estas oportunidades. Se aprende muchísimo y, personalmente, me ayudó a desmitificar ciertos miedos que yo tenía acerca de si podré llevar adelante una obra. Y lo cierto es que pude hacerlo, gané mucha confianza y eso es invaluable.

¿Cómo te sentiste con respecto a la presentación del portfolio a final de la carrera?

Siguiendo el tema de la confianza, mi portafolio, que es el trabajo con el que me gradúo, refleja las dos grandes facetas que componen mi persona: una más lógica y estructurada, y otra de carácter experimental y espontáneo.

De adolescente siempre fui introvertido y reservado, por lo que tenía mucho tiempo para estudiar, lo que me hizo una persona analítica y racional (mi lado lógico).

Sin embargo, al venir a facultad, conocí a personas que me mostraron otra faceta mía. Me aceptaron como soy y me ofrecieron su amistad, despertando en mí una personalidad capo-cómica y espontánea, un showman.

Con mi portafolio, lo que hago es traducir mi experiencia personal en términos de diseño. Relaciono mi ser desestructurado con conceptos como la forma y el color, y mi ser racional con proyectos donde prima lo funcionalista y la pericia técnica. Es una síntesis de mi crecimiento personal y profesional que muestra lo mejor de mí.

¿Qué significa para vos el diseño de interiores?

Yo creo en la evolución, por lo que mi concepto de diseño irá cambiando a medida que crezca profesionalmente. Actualmente, concibo al diseño como un solucionador de problemas. Cuando me enfrento a un proyecto nuevo, la funcionalidad debe ser resuelta antes que nada. Sin embargo, al mismo tiempo tomo decisiones en cuanto a lo formal y lo conceptual, pero tienen otra prioridad. Citando a Le Corbusier, “La casa es una máquina para vivir”.

¿Cuál es el rol que consideras tiene en la vida de las personas?

Desde el momento en que uno entra en una habitación, aunque esté vacía, hay diseño de interiores. Nuestras casas, oficinas y locales comerciales influyen en cómo nos comportamos en nuestra vida cotidiana.

Desde la temperatura que percibimos, las emociones que experimentamos, el tiempo que nos demanda realizar nuestras tareas y más.

El diseño condiciona nuestra vida y definitivamente puede mejorarla. Como diseñador no busco generar espacios de revista. Mi trabajo es brindarle a una persona, teniendo en cuenta su situación y necesidades, un espacio que le haga más fácil la vida, un lugar que vele por su habitante. Creo que las personas deberían darse la oportunidad de tener mejores interiores. Son una inversión a largo plazo.

¿Cómo calificarías la educación brindada por la Universidad ORT Uruguay en relación a lo que te encontraste luego en el mercado laboral?

Recién estoy dando mis primeros pasos en el mundo laboral, pero no me he encontrado con nada que no haya visto en clase. Lo cual muestra que los programas de estudio están pensados para formar profesionales para los tiempos actuales. Igualmente, creo que lo más valioso es saber que incorporé una metodología y filosofía de trabajo que me permite adaptarme a cualquier situación. No solo hablo de los sólidos conocimientos técnicos que se imparten en ORT, pero también de la habilidad para trabajar en equipo, así como también individualmente.