Anales de Investigación en Arquitectura. Vol. 5, 2015. ISSN 2301-1513. Díaz del Campo Martín-Mantero, R. V. 7-20
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UNIVERSIDAD ORT URUGUAY. FACULTAD DE ARQUITECTURA
tar entre España y Estados Unidos. Durante estos años
un grupo de jóvenes arquitectos comenzó a desarrollar
una arquitectura de tintes modernos directamente vin-
culada con los cambios de apertura que vivía el país.
Por primera vez en mucho tiempo los autores españo-
les empezaron a hacer viajes al extranjero entrando en
contacto con la realidad europea, al igual que llegaron
a nuestro país algunas revistas extranjeras que mos-
traban una arquitectura totalmente desconocida para
nuestros arquitectos (Urrutia, A., 1997). En este con-
texto Miguel Fisac hizo un viaje por distintas ciudades
europeas en 1949, debido al proyecto de un centro de
investigación para el que tuvo que visitar distintos la-
boratorios de estabulación de animales de experimen-
tación (Delgado, E., 2014).
En algunos de estos edificios, como el Teologado
de San Pedro Mártir o el Centro de Formación del
Profesorado, ambos en Madrid, comenzó a utilizar,
aunque de manera muy tímida, el material que defi-
nirá la siguiente serie: el hormigón. Su uso apareció en
una fecha relativamente temprana en su obra, aun-
que será de una forma residual en comparación con
el ladrillo. Podemos ver el inicio de una nueva época
de experimentación en el estudio de las posibilida-
des del material, como ocurrió en la torre campanario
del Teologado de los Dominicos, en Madrid, donde el
hormigón solo aparece empleado a gran escala en la
torre, una gran estructura formada por 16 pilares cua-
drados de 64 metros de altura que conjuga su función
de campanario con la de imagen representativa del
edificio (Fisac, M., 1960).
Otra solución en hormigón que convive con el ladrillo
son los pórticos de membranas onduladas que se ob-
servan en el Centro de Formación del Profesorado, en
Madrid (1953-55), y en el Colegio Apostólico de Arcas
Reales (1952-53). En el primero de ellos el arquitecto
utilizó unos moldes muy rudimentarios de cuerdas y
escayola, consiguiendo unas marquesinas de contornos
blandos para enlazar las distintas partes del proyecto,
consiguiendo una interesante yuxtaposición de las so-
luciones en ladrillo y hormigón (Fisac, M., 1954). Estos
elementos destacaron por su singularidad, ya que ser-
vían de comunicación entre los espacios abiertos y los
cerrados de varios proyectos de la época, y tuvieron dis-
tintas variantes, intentando buscar mejorar el recurso,
como podemos ver en los pórticos abiertos del Instituto
de Enseñanza Media, de Málaga. Allí estas formas es-
tructurales se convierten en el elemento formal que
identifica al proyecto; sus pórticos de hormigón con pi-
lares de sección variable establecen una continuidad y
vinculan las distintas piezas del edificio (Loren Méndez,
M. M., 2012).
01.
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Miguel Fisac Serna
(1913-2006).
FUNDACIÓN MIGUEL FISAC