Algunos tan diversos como la relación entre la estética de Rosalía o la de Pink Floyd con la arquitectura escenográfica o el impacto del branding de marcas como Porsche o Airbnb en el skyline de ciudades como Miami o Barcelona.
Esta metodología, financiada por la Convocatoria a proyectos de innovación en la docencia usando inteligencia artificial que lanzó la Universidad ORT Uruguay en 2024, ya es un caso de éxito de uso de IA en clases, repensando cómo se enseña a investigar en la Facultad de Arquitectura.
Gracias al uso de la inteligencia artificial generativa de ChatGPT en clase, EPICA acorta tiempos, reduce el estrés de los estudiantes, multiplica la originalidad y acompaña a la Facultad de Arquitectura de ORT hacia la innovación docente.
El desafío de investigar hoy con originalidad
En los últimos semestres, la repetición de temas y los bloqueos iniciales empañaba una de las fases más decisivas del curso de Metodologías de la Investigación del 5.º año de la carrera de Arquitectura. Al consultar y reutilizar trabajos antiguos para “salir del paso”, los estudiantes perdían entusiasmo, especificidad y profundidad analítica.
La necesidad de un detonante creativo confiable —que acelerara la búsqueda sin sacrificar rigor— se volvió más evidente cuando ChatGPT irrumpió en el aula como herramienta de acceso casi ilimitado a ideas, pero también a ruido informativo. En este contexto, de acuerdo con sus creadores, EPICA surge para convertir abundancia en foco.
Concebido por el Arq. Guillermo Lockhart, docente de Metodologías de la Investigación y catedrático de Historia y Teoría de la Arquitectura; y el Téc. Fernando Pino, redactor responsable de contenidos web de la Facultad de Arquitectura de la Universidad ORT Uruguay, el método consta de un ejercicio que estructura la interacción con la IA mediante nueve pasos secuenciales y la supervisión del cuerpo docente.
De este modo, la indagación parte de los intereses personales propios y específicos de los estudiantes, a primera vista, inconexos a la disciplina. Luego, pasa por una serie de filtros críticos y desemboca en preguntas viables y originales para proyectos de investigación. “Todo dentro de la primera mitad del semestre, cuando la energía creativa es más alta y las decisiones metodológicas tienen más potencial para definir el resto de la investigación”, señaló Lockhart.
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Nueve pasos, un método: así funciona EPICA
“EPICA” es el acrónimo semántico reducido de “Ejercicio de Integración de Herramientas de IA para Potenciar la Creatividad en Investigación Arquitectónica”, un ejercicio que busca “ordenar, estructurar y cuestionar las ideas que surgen del diálogo que los estudiantes mantienen con la IA para entender su verdadero potencial en la investigación y avanzar en el trabajo intelectual con libertad”, refirió Pino.
“Orden y libertad no suelen convivir en la fase de exploración académica, pero EPICA resuelve esa tensión con nueve pasos encadenados que convierten gustos personales e ideas dispersas o inabarcables en una pregunta de investigación concreta, delimitada y específica, todo mientras el estudiante mantiene una conversación con la inteligencia artificial”, agregó.
El proceso comienza con la IA adoptando el rol de experto absoluto en la disciplina, limitando el tipo de respuestas que ofrece, su enfoque y lenguaje. A cada avance, el docente exige evidencia y juntos refinan el prompt. El resultado: curiosidad sin caos, una mejora en las habilidades para la ingeniería de prompts y una ruta clara hacia la especificidad.
En esencia, el procedimiento EPICA implica:
- Asignar rol experto a ChatGPT.
- Explorar un campo amplio ligado a intereses personales.
- Delimitar ese campo (género, periodo, soporte).
- Vincularlo con arquitectura mediante una tabla de ideas.
- Acotar por lugar y tiempo el área temática arquitectónica.
- Generar tres temas específicos a partir del cruce anterior.
- Detectar problemas y tendencias del tema elegido.
- Formular preguntas de investigación claras y medibles.
- Validar la viabilidad con el docente y las bases académicas.
Cada paso termina con una revisión docente, de modo que la conversación con la IA nunca avanza sin contraste bibliográfico ni sin la pregunta incómoda que pone a prueba la relevancia y veracidad de cada hallazgo.
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Resultados tras ocho clases con 16 estudiantes
En la edición piloto de 2024 participaron 16 estudiantes organizados en ocho equipos. Al cabo de las primeras ocho clases, cada dupla presentó un tema inédito y viable.
El abanico incluyó: branding automotriz en torres de lujo de Miami, overtourism y tipologías Airbnb en Barcelona (2009‑2024), la “arquitectura escénica” de shows de Rosalía, o la restauración identitaria del Museo Kolumba tras la Segunda Guerra Mundial. Una diversidad temática como esta —con temas de investigación nunca antes presentados en la asignatura— demostró que la IA, encauzada, amplía horizontes sin sacrificar profundidad.
Un equipo compuesto por estudiantes cuya investigación buscaban centrar en el gusto personal por los automóviles de lujo, a través de EPICA, llegó al tema de investigación “Arquitectura de marca: impacto del branding automotriz en las torres residenciales de lujo de Miami”.
Otro equipo comenzó el ejercicio con el interés personal de investigar el vínculo entre el turismo y la arquitectura, llegando a la pregunta de investigación “¿De qué manera las regulaciones de Airbnb han influido en la tipología de las viviendas en áreas afectadas por el sobreturismo en Barcelona?”.
Algunas pruebas, que partieron por un interés personal de estudiantes por el baile y la música, vincularon el lugar de la arquitectura en el diseño de escenarios para shows masivos de Rosalía, e inmersivos, de bandas como Pink Floyd o U2.
Otros, cuyo punto de partida fue el gusto por el fútbol, llegaron a preguntas como: “¿Qué estrategias arquitectónicas y de planificación urbana aplicadas en el Estadio Al Janoub podrían ser adaptadas para maximizar el valor social y la conexión comunitaria del Estadio Centenario en su rol como espacio multifuncional?”.
Finalmente, pruebas en torno a la psicodelia de Panton llegaron a la cuestión: “¿Cómo puede el diseño biofílico integrar los principios del diseño psicodélico de Verner Panton para crear experiencias inmersivas que promuevan el bienestar emocional en espacios interiores contemporáneos?”.
Los estudiantes describieron la experiencia como “liberadora”: menos tiempo estancado, más tiempo investigando.
Con los métodos tradicionales, encontrar un tema específico consumía buena parte del semestre; EPICA concentró la definición en su primer tramo y trasladó la energía al análisis crítico de la información y a la búsqueda bibliográfica.
Para el cuerpo docente, eso se tradujo en clases con mayor debate, lecturas mejor enfocadas y oportunidad de ejercitar la mirada ética frente a la IA. La combinación de resultados cualitativos y ejemplos tangibles cimentó la aceptación institucional de la propuesta.
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Voces que avalan la experiencia EPICA
El aval del aula llegó primero desde el estrado. “Durante algunos semestres detectamos ciertas monotonías y la repetición de temas de investigación… decidimos crear EPICA para liberar la creatividad y optimizar el tiempo de búsqueda”, señaló Lockhart.
La IA opera aquí como chispa, nunca como piloto automático: cada paso termina con verificación bibliográfica y repregunta docente, de modo que los estudiantes llegan al debate con propuestas ya filtradas y preguntas puntuales. A este respecto, Lockhart agregó:
“Los resultados fueron originales e inmediatos y mostraron conexiones interdisciplinarias entre arquitectura y otros campos menos investigados”.
Esta precisión subraya la ventaja temporal: EPICA concentra la definición del tema en el tramo inicial del semestre, liberando semanas para el análisis crítico.
“A modo de epílogo, estamos muy satisfechos con los resultados, con comprobar que el método funciona y con saber que los estudiantes aprenden a usar la IA para mucho más que darle la estética de Ghibli a sus fotos”, refirió Pino, para quien el valor yace en enseñar a pensar antes de preguntar:
“En tiempos de hipercompetencia e hiperconectividad, estamos sobreexpuestos a información de todo tipo sobre la IA y su eventual capacidad para automatizar prácticamente lo que sea; la verdadera cuestión, quizá, pase por entender qué implica, para qué y por qué la vamos a utilizar”.
El énfasis se sitúa en la dimensión ética y estratégica: la herramienta suma, pero el criterio académico manda.
Del laboratorio a la universidad
El trayecto de EPICA pasó del laboratorio de clase al escenario institucional en menos de un año. El 15 de junio de 2024 se cerró la convocatoria del Fondo de Apoyo a la Innovación Docente con IA; semanas después, EPICA fue confirmado como uno de los 15 proyectos adjudicados, lo que garantizó recursos y viabilidad para su aplicación.
El ejercicio se implementó a partir de agosto, en las primeras clases de la asignatura Metodologías de la Investigación. Su informe final se entregó el 19 de diciembre, marcando el punto de partida para su difusión formal.
Su divulgación llegó el 25 de abril de 2025, cuando el Centro de Actualización en la Enseñanza Superior (CAES) seleccionó EPICA para el taller interdisciplinario “Explora, Innova y Transforma: IA en la Docencia” en la Facultad de Administración y Ciencias Sociales de ORT.
Allí se presentaron cuatro experiencias —una por facultad— y EPICA representó a arquitectura. La nota institucional, publicada el 8 de mayo, resaltó el valor de la metodología y su capacidad de “abrir la caja” del trabajo interdisciplinario.
Posteriormente, en el taller para docentes “Experimentando con IA en la Docencia”, en la Facultad de Arquitectura de ORT. Estos reconocimientos terminaron de consolidar a EPICA como modelo exportable dentro de la Universidad ORT Uruguay.
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Cada semestre confirma que investigar y experimentar con IA puede ser riguroso y, al mismo tiempo, apasionante. EPICA demuestra que la inteligencia artificial, usada con una estructura clara y la mirada crítica del cuerpo docente, libera tiempo para la creatividad profunda y amplía los horizontes temáticos.
Con ello, la Facultad de Arquitectura continúa consolidándose como un laboratorio donde los futuros profesionales entrenan las competencias que hoy exigen los estudios, las consultoras y los centros de investigación más dinámicos.
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