A partir de 2015, la UTE les autorizó el uso del edificio de la excentral Calcagno (de generación de energía), que se encontraba virtualmente abandonado, con la maquinaria en proceso de desmantelamiento. Esta edificación, de 1909, posee un lenguaje arquitectónico de carácter histórico, aunque nunca adquirió grado de protección arquitectónica o patrimonial.
Este local es, fundamentalmente, una gran nave industrial de 50 x 37 metros, con 17 metros de altura. En su interior, un sector fue acondicionado para practicar escalada —luego de un arduo trabajo de limpieza realizado por voluntarios de la ONG— y un ala lateral adyacente a esta nave principal comenzó a ser reformada para generar espacios de reuniones y alojamiento para niños y jóvenes del interior —cocina, comedor, entre otros servicios anexos al deporte principal—.
Con los trabajos de extensión, las carreras de Arquitectura y Diseño de Interiores buscan ampliar y promover el vínculo de los estudiantes con las demandas reales de la sociedad, canalizados a través de alguna institución o grupos sociales, en las que se requiera de saberes y competencias de las disciplinas arquitectónicas y de diseño de interiores.
Se busca que los estudiantes tomen contacto con aquellas necesidades y elaboren una estrategia de trabajo para satisfacer, en el lapso de duración del ejercicio, los requerimientos planteados.
En este caso, se entiende que la Fundación La Muralla constituye una oportunidad de obras, cuentan con una idea programática general a largo plazo y necesitan apoyo técnico para llevarla adelante.
A partir de estas consideraciones y del intercambio de ideas con parte del equipo de la fundación —representados por la encargada de Relaciones Públicas y el arquitecto asesor y proyectista de la institución—, se acordó que un grupo de estudiantes se dedique a trabajar bajo la dirección del arquitecto para realizar las tareas que este indique: relevamiento del edificio, propuestas arquitectónicas de unidades programáticas de proyecto general, confección de planos, entre otras.
De esta manera, se concretó la participación de los estudiantes de ambas carreras, que terminará en el mes de julio. Se acordó que, dado lo acotado del plazo, se elaborarán planes de trabajo a efectos de llegar al final del período con una etapa cumplida, aunque esta sea parcial. La idea es que las tareas que queden pendientes puedan continuarse con nuevos grupos que cursen la materia en el próximo semestre. Así se podrá dar seguimiento a las tareas y los nuevos proyectos que requiera la fundación.