En esta edición, la Lic. Belén Laventure, docente de la Licenciatura en Diseño de Interiores, recibió el Premio a la Excelencia Docente 2025 en la categoría carrera universitaria. Por su parte, Cecilia Sgarbi, docente de la carrera de Técnico en Paisajismo, fue distinguida en la categoría carrera técnica.
La ceremonia incluyó, además, dos reconocimientos a la trayectoria académica: el Cr. Daniel Porcaro, ex coordinador académico del Diploma de Especialización en Negocios Inmobiliarios, y el Arq. Octavio Bombaci, docente especializado en urbanismo.
Una ceremonia que celebró la docencia como esencia
La apertura estuvo a cargo del Arq. Gastón Boero, anfitrión de la jornada y decano de la facultad, quien agradeció a quienes hicieron posible el encuentro —equipos de apoyo, coordinación y servicios—, con una mención muy especial a Virginia Carámbula, secretaria de decanato.
Conjuntamente, Boero enmarcó la noche en un hito institucional: 25 años de ceremonias dedicadas a reconocer y celebrar la docencia. Sobre ese recorrido, invitó a los presentes a volver al “momento fundacional” de cada docente: un ejercicio de perspectiva sobre la primera vez frente a un grupo, cuando enseñar se vuelve una decisión y también un compromiso.
En su discurso, el decano remarcó el sentido de continuidad de esta premiación, sobre la cual refirió: “Hace 25 años que venimos premiando, reconociendo y celebrando” la tarea docente, “cada día, en cada sala”.
Al recuperar una serie de fotografías de ceremonias anteriores, contrastó instancias más distantes con el formato actual, pensado para fortalecer el encuentro: conversar, escuchar, compartir y celebrar en comunidad.
En ese marco, el decano volvió sobre el valor del trabajo colectivo que sostiene la vida académica cotidiana, mencionando especialmente a la Arq. Paula Kramer (secretaria docente) por su rol en la organización y destacada labor en la Facultad de Arquitectura.
¿Qué significa ser docente hoy?
Posteriormente, la pregunta que ordenó el tramo central del discurso fue directa: “¿Qué significa ser docente hoy?”. En este sentido, Boero explicó que no era una pregunta para responder en soledad: la trasladó a una reflexión compartida y la organizó en tres núcleos temáticos.
Docencia como herramienta para transformar vidas
El primer núcleo definió la docencia como una herramienta poderosa para “crear, para transformar vidas (…) y mejorar el mundo”. En esa línea, aparecieron ideas que enfatizan responsabilidad y vocación: enseñar como acto de amor, como oficio que acompaña el crecimiento, y como apuesta por un futuro mejor “a pesar de todo”.
Docencia como vínculo y aprendizaje compartido
El segundo núcleo se preguntó dónde radica la docencia y propuso una respuesta concreta: “La docencia está en el vínculo y en el aprendizaje compartido”. Desde allí, el discurso insistió en el carácter bidireccional del aula: “hay un ir y vuelta constante” y “todos aprendemos de todos”. En ese mismo tramo, se destacó que ese vínculo requiere trabajo de equipo y condiciones institucionales: planificación, coherencia y estrategia.
Docencia como sentido vital y trabajo “no glamuroso”
El tercer núcleo abordó el sentido: para quién se enseña, para quién se aprende, y qué implica sostener esa práctica en el tiempo. Allí apareció una definición muy nítida del oficio docente, sin idealizaciones: además de paciencia y dedicación, hay tareas “no glamorosas” como “preparar, corregir, evaluar”. Y, sin embargo, la recompensa se vincula a la alegría, el orgullo y la sensación de recibir más de lo que se da.
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La voz estudiantil como evidencia
La ceremonia también recuperó la voz estudiantil a través de comentarios de encuestas de curso a través de los coordinadores académicos. Allí se reiteraron rasgos que los estudiantes confesaron más valorar —presencia, preparación, calidez, dinamismo—, pero el tramo más significativo es el que muestra un aprendizaje institucional: la excelencia docente también se expresa en escuchar y ajustar.
En esa misma sección participó el Arq. Ricardo Chelle, ME, coordinador académico de la Licenciatura en Diseño de Interiores, quien agradeció el esfuerzo del equipo docente y puso en valor un “círculo virtuoso” donde la graduación, la experiencia profesional y el retorno a la docencia fortalecen la formación.
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Reconocimientos a la trayectoria académica
La ceremonia incluyó reconocimientos a recorridos que dejaron huella en el proyecto académico de la facultad.
Por un lado, se reconoció al Arq. Octavio Bombaci, docente especializado en urbanismo. En la semblanza se subrayó la articulación entre conocimiento teórico y mirada estratégica, y se destacó un alcance formativo que trasciende lo técnico: aportar a la formación de profesionales —y ciudadanos— “atentos, críticos y creativos” en las ciudades donde vivimos.
Por otro lado, se entregó un reconocimiento al Cr. Daniel Porcaro, ex coordinador académico del Diploma de Especialización en Negocios Inmobiliarios. En su discurso, Boero enfatizó la búsqueda de rigor académico y profesionalismo en el área, la construcción de vínculos con el mundo profesional y la proyección del diploma, incluyendo hitos y alianzas internacionales.
Así, la Premiación a la Excelencia Docente, en su edición 2025, volvió a reunir los elementos que atraviesan toda la ceremonia: memoria institucional, reflexión pedagógica y reconocimiento a quienes sostienen, con trabajo cotidiano, el corazón de la facultad.
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