El diseño de interiores es la disciplina implicada en la comprensión del comportamiento humano con el fin de crear espacios funcionales adaptados a las necesidades de quien los habita y a la arquitectura que los contiene.
La decoración de interiores, en tanto, trabaja en la ornamentación de esos espacios, centrándose en la estética y no abarca otros factores de diseño.
Asimismo, como veremos a continuación, las diferencias son mucho más profundas.
Qué es el diseño de interiores
Intrínsecamente relacionada con la experiencia, la funcionalidad y la ergonomía, el diseño de interiores es un aspecto crítico en la construcción de espacios interiores y, por lo tanto, estrechamente vinculada a la arquitectura que los contiene.
El interiorismo o diseño de interiores es el arte de comprender las necesidades y el comportamiento humano con el propósito de diseñar espacios funcionales en el interior de un edificio.
En este sentido, el diseñador de interiores debe contar con una formación que le permita investigar y analizar las necesidades humanas, tanto físicas como psicológicas, así como también comprender el concepto de la arquitectura dentro de la cual trabaja.
De este modo, trabajando conjuntamente con arquitectos, determina factores de diseño tales como la distribución interior de los espacios funcionales y los acondicionamientos adecuados para las diferentes funciones a desarrollar dentro del espacio arquitectónico en función de los presupuestos.
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Qué hace un diseñador de interiores
Ejecuta una metodología sistemática y coordinada específica, la cual incluye la investigación, el análisis y la integración de este cuerpo de conocimientos en el proceso creativo y constructivo con el fin de satisfacer las necesidades y recursos del cliente.
El desafío está en la aplicación de soluciones creativas y prácticas, capaces de lograr espacios habitables dentro de una estructura mayor.
Estas soluciones también deben resultar atractivas y ofrecer beneficios en la cotidianeidad de sus habitantes, provocando un impacto positivo en sus vidas.
Estas son algunas de las razones por las que la licenciatura en diseño de interiores implica una fuerte formación integral en diseño y tecnología, pero también en ciencias sociales y humanas.
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El porqué de su relevancia
El trabajo de un diseñador de interiores es sumamente importante en tanto influye directamente en la calidad de vida de las personas.
A través de técnicas de interiorismo es posible optimizar los recursos, el espacio y la funcionalidad de cada habitación, logrando múltiples beneficios.
No solo es aplicable en espacios de vivienda, sino también en oficinas, espacios educativos e instituciones médicas. Más allá del lógico aspecto vinculado a la funcionalidad y el uso del espacio, destacan los factores emocionales, intelectuales y técnicos.
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Diversas investigaciones científicas han constatado que incorporando elementos de la naturaleza y ciertas condiciones cromáticas y lumínicas, el diseño de interiores tiene efectos positivos en cuanto al tratamiento, la psicología y la recuperación de pacientes en centros de salud.
Este aspecto incide también en el personal médico, reduciendo los niveles de estrés y optimizando la regulación de las emociones en las instalaciones.
Actualmente, en un contexto tan excepcional como el presente, cuando la pandemia de COVID-19 nos ha obligado al confinamiento y a habitar más que nunca el espacio privado, el diseño de interiores ha evidenciado notoriamente su relevancia.
La importancia de los espacios interiores es medular para el bienestar de las personas.
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Qué es la decoración
Por su parte, la decoración está más relacionada con la estética, los aspectos creativos y comúnmente con las tendencias vinculadas con los conceptos contemporáneos de belleza.
En buena medida, el quehacer del decorador responde a las necesidades ornamentales y estéticas del cliente, y no necesariamente a las funcionales.
En tal sentido, el decorador trabaja con los colores, el mobiliario, la tapicería, los accesorios y su distribución en el espacio de forma más subjetiva, buscando el impacto visual.
Qué hace un decorador
El trabajo del decorador, en tanto, está en la planificación de la distribución de los objetos que constituyen el carácter estético de una habitación en función de las preferencias, las tendencias del momento y el presupuesto del cliente.
La decoración del espacio se concentra en la disposición del mobiliario, alfombras, colores, texturas e iluminación.
Sin embargo, el trabajo del decorador nunca interviene en los aspectos arquitectónicos, ergonómicos ni aquellos relacionados con en el acondicionamiento o el diseño interior de la habitación sobre la cual se desarrolla su actividad.
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5 diferencias entre diseño y decoración de interiores
Para evitar caer en la equivocación de confundir el diseño con la decoración de interiores, a continuación hacemos un breve repaso y reunimos cinco puntos centrales.
1. Alcance
El diseñador de interiores está capacitado para comprender la arquitectura dentro de la cual trabaja e intervenir en los espacios interiores resolviendo la funcionalidad y la estética, adaptado los espacios a quienes lo habitan. El decorador no cuenta con estos conocimientos y, por lo tanto, solamente resuelve los aspectos estéticos del espacio interior.
2. Objetivo
El objetivo de la decoración de interiores es crear un lugar bonito, con belleza estética y siguiendo las tendencias de la moda.
El objetivo del diseño de interiores, por su parte, es crear lugares funcionales, seguros, oportunos y capaces de generar un impacto positivo en las personas, mejorando la calidad de vida de quienes habitan esos espacios y optimizando los recursos.
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3. Formación
La formación del diseñador de interiores es diferente a la del decorador.
Un diseñador de interiores elabora documentos de construcción de acuerdo a códigos regionales, uso de materiales ignífugos, códigos municipales y demás estatutos jurisdiccionales, trabaja a la par con arquitectos, cuenta con las herramientas necesarias para analizar aspectos sociológicos, culturales y psicológicos y, entre otras cosas, aplica tecnologías específicas.
Consecuentemente, la formación del diseñador es sensiblemente más amplia y profesional, lo cual también conlleva a la realización de un trabajo más técnico y profundo dentro del espacio.
4. Credenciales
En concordancia con el punto anterior, no es necesario contar con una credencial o comprobante para ejercer la profesión de decorador de interiores.
No obstante, un diseñador de interiores requiere una acreditación que lo habilite para desarrollar su trabajo.
5. Jerarquía
En términos jerárquicos, un diseñador de interiores ya cuenta con los conocimientos necesarios para desempeñarse como decorador, pero un decorador no cuenta con los conocimientos necesarios para desarrollar la tarea de un diseñador.
En tal sentido, existe una asimetría jerárquica entre ambas profesiones, de manera que la actividad del decorador se encuentra contenida en la del diseñador, pero no a la inversa.
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